sábado, 25 de abril de 2009

Monumento Historicos de Puerto Rico

Centro Ceremonial Indigena Tibes



Para el 1975, Don Luis Hernández, obrero de la caña y agricultor del sector Torna Vieja del Barrio Tibes de Ponce, quien en sus días de asueto se buscaba el pan de cada día fabricando carbón vegetal, merodeaba por la Vega de Tani en busca de materia prima para su carbón.
No hacía mucho tiempo que el huracán Eloisa paso cerca de Puerto Rico, la lluvia provocada por el fenómeno atmosférico hizo que la superficie de la tierra se erosionará, dejando al descubierto restos de una cultura indígena ya desaparecida en el tiempo.
Mientras caminaba por la Vega de Tani (según testimonio de Don Luis Hernández, QEPD) vió caracoles y pedazos de "ladrillos", por lo cual sintió un deseo inmenso de "escarvar" el suelo y así lo hizo, recolectó fragmentos de hueso, caracoles y fragmentos de vasijas. Se sintió en poder de un gran secreto y así lo guardó por un tiempo. Poco a poco y con ayuda de lectura de divulgación, reconoció que los objetos encontrados pertenecían a nuestros indios.
Jamás por su mente pasó la idea de que había hecho el decubrimiento de uno de los sitios arqueológicos más importantes del área antillana.
Para el año 1976, la Sociedad Arqueológica de Sur Oeste en sus recorridos buscando lugares arqueológicos en la isla, llegan un día al Barrio Tibes de Ponce. Preguntando, llegan a conocer a Don Luis Hernández y éste los lleva a la Vega de Tani. Allí se percataron de que la misma era un lugar arqueológico, con un batey, pues en su recorrido localizaron un gran rectángulo que resulto ser la plaza principal.
Varios meses después, en una reunión de la Sociedad Guaynia de Arqueología e Historia, la cual se reunía entonces, en los altos de la Biblioteca Encarnación Valdes de la Universidad Católica de Puerto Rico,los socios de la sociedad arqueológica del Sur Oeste, notificaron que conocían un lugar "muy bueno y con bateyes, en la misma área Ponce". Citándose ambos grupos para visitar el lugar.
Cuando la Sociedad Guaynia llega al lugar, se percató de la gran magnitud del yacimiento, el cual estaba protegido por la naturaleza, bordeado por el Río Portugues (en tiempos prehispánicos Baramaya) y de muy difícil acceso.
Poco a poco la Vega de Tani fue revelando su secreto, pues se acababa de descubrir para beneficio de los puertorriqueños y la comunidad científica el yacimiento arqueológico más importante (dentro de su contexto) del Caribe. Por Arql. Luis A. Rodriguez Gracia ;extraido de la internet 04/25/09 http://ponce.inter.edu/tibes/historia

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